Tradicionalmente en nuestros hogares y muchos lugares de venta de alimentos, acostumbramos a usar -en la cocina típica- platos, ollas, jarros, cazuelas de barro de origen artesanal, cuyo esmaltado suele contener plomo, una sustancia altamente tóxica.
Según estudios diversos, entre ellos de la Universidad de California, “el plomo en el sistema sanguíneo, especialmente en los niños, usualmente provoca retardación mental, problemas músculo-esqueléticos y otras anomalías; y sin el tratamiento oportuno, puede resultar en muerte”.
“El riesgo de contaminación es mayor cuando estos utensilios se usan para preparar o servir alimentos que contienen ácido, como platillos y ensaladas a los que se agrega vinagre o jugo de limón, o frutas y verduras como tomates y naranjas (…). Estos alimentos aumentan la posibilidad de que el plomo se desprenda de las vasijas y los contamine y ese es un riesgo para su salud” (UCCE: 2006).
Para su fabricación, el óxido de plomo, útil para el vidriado, generalmente proviene de las baterías o acumuladores eléctricos de vehículos ya en desuso y que se comercializa en distintos mercados sin control alguno.
Si bien este problema incide sobre la tradición y el ingreso económico de muchas familias en el país, se hace importante que el Estado tome las debidas previsiones. El Proyecto de Ley de Residuos Peligrosos: Ingreso, uso y disposición final de pilas y baterías, presentado por Observancia, propone que los municipios puedan comprar por el lapso de dos años toda la producción ya existente, evitando así perjudicar la economía de sus fabricantes, pero a su vez, capacitarlos en el uso de otros métodos de esmaltado inocuos para la salud, hasta eliminar la utilización del plomo completamente.
¿Será, también, el fin de los soldaditos de plomo?
Fuente: http://ucce.ucdavis.edu/
Según estudios diversos, entre ellos de la Universidad de California, “el plomo en el sistema sanguíneo, especialmente en los niños, usualmente provoca retardación mental, problemas músculo-esqueléticos y otras anomalías; y sin el tratamiento oportuno, puede resultar en muerte”.
“El riesgo de contaminación es mayor cuando estos utensilios se usan para preparar o servir alimentos que contienen ácido, como platillos y ensaladas a los que se agrega vinagre o jugo de limón, o frutas y verduras como tomates y naranjas (…). Estos alimentos aumentan la posibilidad de que el plomo se desprenda de las vasijas y los contamine y ese es un riesgo para su salud” (UCCE: 2006).
Para su fabricación, el óxido de plomo, útil para el vidriado, generalmente proviene de las baterías o acumuladores eléctricos de vehículos ya en desuso y que se comercializa en distintos mercados sin control alguno.
Si bien este problema incide sobre la tradición y el ingreso económico de muchas familias en el país, se hace importante que el Estado tome las debidas previsiones. El Proyecto de Ley de Residuos Peligrosos: Ingreso, uso y disposición final de pilas y baterías, presentado por Observancia, propone que los municipios puedan comprar por el lapso de dos años toda la producción ya existente, evitando así perjudicar la economía de sus fabricantes, pero a su vez, capacitarlos en el uso de otros métodos de esmaltado inocuos para la salud, hasta eliminar la utilización del plomo completamente.
¿Será, también, el fin de los soldaditos de plomo?
Fuente: http://ucce.ucdavis.edu/