Durante todos los días, en nuestros hogares, y sin importar la condición social, utilizamos, en distintos artefactos, pilas o baterías fabricadas en gran parte con diferentes metales pesados; cuando pierden su vida útil son parte de la basura doméstica; van a parar a botaderos, basureros, cenizales, cuencas de ríos, etc. Una vez en contacto con la naturaleza, comienzan a corroerse, y sus compuestos contaminarán silenciosamente los recursos agua, suelo, y aire, en este último caso si son incineradas, repercutiendo negativamente en el medio ambiente y nuestra propia salud.
Estudios internacionales han advertido que una sola pila de botón puede contaminar más agua de la que tomaríamos en nuestra vida. El níquel, el cadmio, cinc, mercurio y otros, entran a la cadena alimenticia a través del agua, o se bioacumulan en peces u otras especies; o se percolan hasta llegar a aguas subterráneas.
Una interminable lista de enfermedades propagadas por esos metales que ingresan al sistema humano, demuestran que estamos, hoy en día, a expensas de una letal contaminación, y en nuestro país, no estamos haciendo nada al respecto.
Los desechos tóxicos en nuestros hogares
Los riesgos por la exposición de los diferentes contaminantes que contienen pilas y baterías, será –sin lugar a dudas- de difícil cuantificación, quizá en términos de salud pública se podrían hacer análisis comparativos de enfermedades que se han acrecentado en las últimas décadas, empero no habrá que atribuir únicamente a éstos elementos.
Sin embargo, resta cuestionarse sobre el destino de cientos de toneladas que ingresan al país, y son parte de los basureros, tiraderos, cenizales, ríos, terrenos, lagos y lagunas, terrenos baldíos que hacen a nuestras comunidades, pueblos, cantones y ciudades. Seguro, que la toxicidad de encuentra en sitios de cultivo, en el cauce de ríos, en el aire, y en lo tejidos de animales y el organismo humano.
Elementos como el mercurio, no sólo contaminarán el aire cuando se incineran las pilas, sino que se bioacumulan, en los tejidos de los peces; son parte de la cadena alimenticia. El cadmio, níquel, litio, plomo, tendrán secuelas altamente nocivas, pudiéndose nombrar efectos cancerígenos, daños (…) “al cerebro, los riñones y al feto, provocando retraso mental, en el andar o el habla, falta de coordinación, ceguera y convulsiones” (Agency for Toxic Substances and Disease Registry ATSDR).
1 sola pila de botón puede contaminar 600.000 litros de agua.
Por otra parte, centenas de familias que viven de manipular, cargar o reacondicionar baterías para vehículos, compuestas de plomo – ácido, desconocen los graves efectos de éste metal sobre los huesos, los riñones y los sistemas reproductivo y nervioso.
El uso indiscriminado de óxidos de plomo en el esmaltado de utensilios, que son parte de la vajilla que se utiliza a diario en nuestros hogares y restaurantes, sobre todo aquellas de fabricación artesanal, o los antiguos desagües fabricados con plomo, nos están contaminando calmamente.
“En el caso de la ciudad de La Paz, varios estudios, [como de la UMSA], relativos a la contaminación de la cuenca del Choqueyapu, muestran que la polución de este río ha persistido a lo largo de las últimas décadas y atribuyen cerca del 50% de la contaminación a los residuos domésticos y el 10% a los desechos sólidos”.
La tarea inmediata es contrarrestar y precautelar mayores daños a la salud humana, animal y al medio ambiente; esto se logrará sólo contando con políticas públicas donde haya intervención del Estado en su conjunto, además de la participación social, la formación de la opinión pública y su necesaria sensibilización.
Intervenciones aisladas y recolección de pilas sin tener un destino final, no son para nada aconsejables, peor aún arriesgar a niños en este quehacer, puesto que se requiere la capacitación necesaria, y contar con repositorios de varias capas de cemento y plásticos para que herméticamente sean aisladas y puestas en sitios lejanos específicamente acondicionados.
Resta emprender inmediatamente a las soluciones de este problema. Estamos ante el reto de enfrentar al calentamiento global, y no es justo que vayamos con ojos vendados a este futuro incierto. En el Congreso Nacional de la República, está el Proyecto de Ley: de Residuos Peligrosos: ingreso, uso y disposición final de pilas y baterías, presentado como una iniciativa ciudadana, y es menester que se discuta y se logre su aprobación. En este problema todos, todos sin excepción somos parte.
Estudios internacionales han advertido que una sola pila de botón puede contaminar más agua de la que tomaríamos en nuestra vida. El níquel, el cadmio, cinc, mercurio y otros, entran a la cadena alimenticia a través del agua, o se bioacumulan en peces u otras especies; o se percolan hasta llegar a aguas subterráneas.
Una interminable lista de enfermedades propagadas por esos metales que ingresan al sistema humano, demuestran que estamos, hoy en día, a expensas de una letal contaminación, y en nuestro país, no estamos haciendo nada al respecto.
Los desechos tóxicos en nuestros hogares
Los riesgos por la exposición de los diferentes contaminantes que contienen pilas y baterías, será –sin lugar a dudas- de difícil cuantificación, quizá en términos de salud pública se podrían hacer análisis comparativos de enfermedades que se han acrecentado en las últimas décadas, empero no habrá que atribuir únicamente a éstos elementos.
Sin embargo, resta cuestionarse sobre el destino de cientos de toneladas que ingresan al país, y son parte de los basureros, tiraderos, cenizales, ríos, terrenos, lagos y lagunas, terrenos baldíos que hacen a nuestras comunidades, pueblos, cantones y ciudades. Seguro, que la toxicidad de encuentra en sitios de cultivo, en el cauce de ríos, en el aire, y en lo tejidos de animales y el organismo humano.
Elementos como el mercurio, no sólo contaminarán el aire cuando se incineran las pilas, sino que se bioacumulan, en los tejidos de los peces; son parte de la cadena alimenticia. El cadmio, níquel, litio, plomo, tendrán secuelas altamente nocivas, pudiéndose nombrar efectos cancerígenos, daños (…) “al cerebro, los riñones y al feto, provocando retraso mental, en el andar o el habla, falta de coordinación, ceguera y convulsiones” (Agency for Toxic Substances and Disease Registry ATSDR).
1 sola pila de botón puede contaminar 600.000 litros de agua.
Por otra parte, centenas de familias que viven de manipular, cargar o reacondicionar baterías para vehículos, compuestas de plomo – ácido, desconocen los graves efectos de éste metal sobre los huesos, los riñones y los sistemas reproductivo y nervioso.
El uso indiscriminado de óxidos de plomo en el esmaltado de utensilios, que son parte de la vajilla que se utiliza a diario en nuestros hogares y restaurantes, sobre todo aquellas de fabricación artesanal, o los antiguos desagües fabricados con plomo, nos están contaminando calmamente.
“En el caso de la ciudad de La Paz, varios estudios, [como de la UMSA], relativos a la contaminación de la cuenca del Choqueyapu, muestran que la polución de este río ha persistido a lo largo de las últimas décadas y atribuyen cerca del 50% de la contaminación a los residuos domésticos y el 10% a los desechos sólidos”.
La tarea inmediata es contrarrestar y precautelar mayores daños a la salud humana, animal y al medio ambiente; esto se logrará sólo contando con políticas públicas donde haya intervención del Estado en su conjunto, además de la participación social, la formación de la opinión pública y su necesaria sensibilización.
Intervenciones aisladas y recolección de pilas sin tener un destino final, no son para nada aconsejables, peor aún arriesgar a niños en este quehacer, puesto que se requiere la capacitación necesaria, y contar con repositorios de varias capas de cemento y plásticos para que herméticamente sean aisladas y puestas en sitios lejanos específicamente acondicionados.
Resta emprender inmediatamente a las soluciones de este problema. Estamos ante el reto de enfrentar al calentamiento global, y no es justo que vayamos con ojos vendados a este futuro incierto. En el Congreso Nacional de la República, está el Proyecto de Ley: de Residuos Peligrosos: ingreso, uso y disposición final de pilas y baterías, presentado como una iniciativa ciudadana, y es menester que se discuta y se logre su aprobación. En este problema todos, todos sin excepción somos parte.
Mayor información (Video documental, Monografía: Revisión y análisis de las características del manejo ambiental de pilas y baterías en Bolivia, y Proyecto de Ley): http://www.observancia.org/
2 comentarios:
Este tipo de basura es uno de los mas peligrosos,los residuos que sueltan lsa baterias son muy toxicos para el ambiente, ademas esto puede matar animales y plantas.
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