jueves, 31 de enero de 2008

Las bolsas plásticas, contaminación por doquier




Cada minuto se consume en el mundo, un millón de bolsas plásticas causando un impacto ambiental no cuantificado. El mar se ha inundado de estos desechos, cubriendo miles de kilómetros de su fondo, atacando a los corales y arrecifes, puesto que les impide su normal desarrollo. Los ríos del Amazonas las arrastran en sus aguas, dejando en su camino similares daños a la biodiversidad, y confluyendo en el Atlántico.

En las ciudades de todo el mundo, las ofertas, en su mayoría vienen envueltas en plásticos, que ya de antemano han significado el uso de recursos naturales para su producción, incluyendo los derivados del petróleo, pero a su vez, la impresión de publicidad que adiciona más contaminación; aunque paradójicamente el uso promedio que les damos no sobrepasa los 20 minutos, mostrándonos un verdadero e inadmisible derroche de energía. Comparativamente muchos plásticos pueden permanecer estables por 400 años antes de su degradación.

Su uso inadecuado, entonces, ha aumentado el efecto contaminante, en conjunción con otros elementos de nuestra cotidianidad. En lo particular las bolsas plásticas se dispersan en campos y sembradíos, en algunos lugares se han convertido en parte del paisaje; quedan atrapadas en las malezas, en riberas de ríos y afluentes. En las ciudades obstruyen desagües y canales, provocando filtraciones y debilitando terrenos. Atrapan animales asfixiándolos. Otros al tragarlas obstruyen sus intestinos y muriendo por hemorragias e inanición, rompiendo por ende la cadena alimenticia, y, entre otros efectos un porcentaje es incinerado expulsando tóxicos y venenos al aire.

Ante este panorama, y la falta de normativa al respecto, requiere acciones individuales, a saberse:

• La mejor opción, reduzcamos el consumo de bolsas plásticas, como parte de nuestros hábitos.
• Si bien, y dependiendo de los países, hay un porcentaje de bolsas plásticas que se reciclan, un porcentaje considerable se convierte en basura, por lo tanto, reutilice aquellas que tenga en su casa.
• Utilice bolsas de tela, canastas o canastillas fabricadas con elementos biodegradables.
• Mantenga bolsas permanentemente que le servirán para hacer sus compras una y otra vez.
• No acepte bolsas pequeñas, porque por su cualidad son las que más rápido terminan en nuestros depósitos de basura.
• Hable con los cajeros, vendedores, tenderos, empleados de supermercados, etc. sobre este problema, incentivándolos para que sean portavoces del mensaje de la contaminación por plásticos.
• Evite el uso de varias bolsas plásticas en sus compras.
• Reutilícelas para depositar su basura.

domingo, 27 de enero de 2008

Reciclemos



El siglo XXI ha traído consigo una preocupación cada vez más presente como es la existencia misma de la vida en el planeta. El calentamiento global, es una realidad que ha movido a la comunidad internacional a buscar salidas, para que nos vivamos una hecatombe como nunca antes vista. A esto habrá que acompañar la revisión a políticas de producción de suministros que hacen a nuestra cotidianidad, y que pueden considerarse confort o prestigio.

Los productos industriales del mundo globalizado, y por cuestiones de generar movimiento económico tienen cada vez menos vida útil, y la oferta de otros que no tienen beneficio real sino superfluo han inundado nuestros mercados, generando por ende más y más volúmenes de desechos sólidos, con un porcentaje elevado de los denominados peligrosos, puesto que sus fuentes de energía para su funcionamiento, está dado por pilas y baterías con distintos componentes.

Los desechos electrónicos, son otra realidad, que tenemos que encararla, y que se generan en la acelerada competencia que las Nuevas Tecnologías de Información y Comunicación que sustenta la globalización, miles y miles de toneladas están dispersas por nuestras geografías y, países con menor desarrollo, que no han encarado ni siquiera los desechos convencionales, se hallan en mayor desventaja.
La recuperación de metales, o el comercio de ciertos elementos con cierto valor en los mercados locales, quizá sea una salida para el reciclado y reuso, no obstante, mientras no se tengan políticas específicas, y la capacitación a quienes se empeñan en esta tarea, el remedio puede resultar peor que la enfermedad.

En ese sentido, la Fundación Cultural Quipus, el Centro Internacional de Investigaciones para el Desarrollo (IDRC); el Instituto para la Conectividad en las Américas (ICA); El World Computer Exchange y la Plataforma de Reciclaje Electrónico de PC para América Latina y el Caribe, vienen promocionando un kid que contiene información destinada a nuestro continente, que servirá –sin duda- a trabajar entre nuestros Estados y las organizaciones de la sociedad civil en un empeño que debe ser visto, y encarado hoy, porque aún estamos a tiempo.

Mayor información:
www.reciclemos.net