Agua dulce y cambio climático

La crisis de acceso al agua dulce que está viviendo el mundo con 400 millones de personas que no acceden al líquido elemento, y las cifras que se prevén respecto a su déficit, o el incremento de volúmenes por la paulatina pérdida de mantos helados desde el Ártico hasta las cordilleras nevadas, dado el calentamiento global es, sin lugar a dudas, uno de los problemas más críticos que enfrentamos.

El agua y su acceso se relaciona intrínsecamente al desarrollo, crecimiento demográfico y pobreza, siendo la fuente principal de vida en la tierra, analícese que el 70% del cuerpo humano es agua.

Según datos de las Naciones Unidas para el año 2025, “dos tercios de la población estarán en la condición de países con déficit de agua dulce”, si las actuales tendencias continúan sin freno; este estado de cosas sería, caldo de cultivo para conflictos armados por la tenencia de determinadas fuentes de agua dulce.

A esto debemos añadir que partes considerables de fuentes de agua dulce están contaminadas y se continúa indiscriminadamente con acciones que no prevén el destino final de residuos sólidos y líquidos, producto de una sociedad cada vez más consumista y que no prevé su destino final, y en muchos países en desarrollo la falta de políticas al respecto perjudican aún más el panorama.

Hoy por hoy, no hay disyuntiva, la respuesta está en el cambio de actitud personal y la militancia de propuestas integrales hacia nuestros Estados, estamos en el juego de ajedrez jugándonos la última movida antes del jaque mate.

Fuente:
Mattos y Crespo, 2000. Informe Nacional sobre la gestión del agua en Bolivia. Comité para la Gestión Integral del Agua en Bolivia.

Fotos: Gustavo Cardoso / Beni – Bolivia.
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