Recientemente en la ciudad de La Paz, se celebró la XIV versión de la Feria del Libro, lugar donde encontramos a María Sarah Mansilla Peña, escritora cruceña que presentó dos tomos de su serie Benjamín, “(…) y el séptimo cofre de oro” e “(…) y el bastón de Zenón”, respectivamente. Ambas obras editadas entre el 2008 y 2009 narran y describen acontecimientos en la exuberante tierra de Santa Cruz de la Sierra, sus paisajes, su flora y fauna, en una sutil relación entre el cuento y la fábula.
Toda la trama se desarrolla en el Conservatorio Internacional de Música Renancentista y Barroca Americana (CRBA), el más famoso del mundo y situado en el Bosque Chiquitano; donde insectos, flores y animales de distintas especies, se unen para aprender a interpretar distintos instrumentos musicales, entre ellos se destaca Benjamín, un grillo, que con su heroicidad “conquistará” a las cuerdas de su violín, pero también será el artífice para evitar que el mal se apodere de la “Primera pluma del Universo”.
Son pasajes muy sutiles, desde las “gallinas microondas“, “el mono peludo”, “el Demonio de Tazmania”, “la Victoria Regia”, “los guapuruses*” y decenas de actores son parte de una dulce trama destinada a nuestros niños y jóvenes.
Sipin dupudapa espestepa seperiepe hapay quepe lepeerpelapa** (sin duda esta serie hay de leerla), no sólo porque conjuga el mito de la región, la tradición, el paisaje de la Chiquitanía, y la plena imaginación, sino porque nos describirá –sin temor a equivocarnos- el amor que debiéramos sentir todos por la naturaleza y cada uno de sus únicos e imprescindibles elementos.
La serie de Benjamín, a decir de la autora, contendrá 7 diferentes textos, demostrándonos que su imaginación no tiene límites, y que todos debiéramos valorar.
Sus páginas son exquisitas, y manifiestan un orden impoluto, porque nada escapa a la estructura, desde la L.P. o “lapicera privada”, la T.T.T o “Terminal de Transporte Terrestre” con “motocicletas Ergonómicas Inteligentes”, hasta el CRBA y su himno que es cantado en ocasiones especiales:
Toda la trama se desarrolla en el Conservatorio Internacional de Música Renancentista y Barroca Americana (CRBA), el más famoso del mundo y situado en el Bosque Chiquitano; donde insectos, flores y animales de distintas especies, se unen para aprender a interpretar distintos instrumentos musicales, entre ellos se destaca Benjamín, un grillo, que con su heroicidad “conquistará” a las cuerdas de su violín, pero también será el artífice para evitar que el mal se apodere de la “Primera pluma del Universo”.
Son pasajes muy sutiles, desde las “gallinas microondas“, “el mono peludo”, “el Demonio de Tazmania”, “la Victoria Regia”, “los guapuruses*” y decenas de actores son parte de una dulce trama destinada a nuestros niños y jóvenes.
Sipin dupudapa espestepa seperiepe hapay quepe lepeerpelapa** (sin duda esta serie hay de leerla), no sólo porque conjuga el mito de la región, la tradición, el paisaje de la Chiquitanía, y la plena imaginación, sino porque nos describirá –sin temor a equivocarnos- el amor que debiéramos sentir todos por la naturaleza y cada uno de sus únicos e imprescindibles elementos.
La serie de Benjamín, a decir de la autora, contendrá 7 diferentes textos, demostrándonos que su imaginación no tiene límites, y que todos debiéramos valorar.
Sus páginas son exquisitas, y manifiestan un orden impoluto, porque nada escapa a la estructura, desde la L.P. o “lapicera privada”, la T.T.T o “Terminal de Transporte Terrestre” con “motocicletas Ergonómicas Inteligentes”, hasta el CRBA y su himno que es cantado en ocasiones especiales:
“La vida en el Conservatorio,
de Música Renancentista
y Barroca Americana,
es como la suave brisa que desciende,
a los verdes campos,
es delicada hoja de frondosos árboles,
que denota melodía aldeana,
que cuida el trinar de los pájaros,
y enriquece con alegría los mantos,
del coro celestial del Reino Chiquitano”.
María Sarah Mansilla, nos deleitó con su obra, no quepa titubeo alguno, debiendo agradecerle por su aporte a la literatura boliviana, y deseando que sus letras trasciendan las fronteras nacionales, ahora que más que nunca que necesitamos impulsarnos para dar mayor valía a nuestros recursos naturales tan preciados y preciosos.
María Sarah Mansilla Peña
Teléfono: (591-3) 3336218
Email: saritamansilla@hotmail.com
Web: www.benjaminlibro.com
* El guapurú o jaboticaba, es un árbol nativo de Bolivia, Brasil y Paraguay que pertenece a la familia de las Mirtáceas al igual que el guayabo, guabirá, el arrayán y el saguinto. Su nombre científico es (Myrciaria cauliflora). Recibe los nombres de Taanumox en chiquitano, Yvapurũ en avañe y Ibapumi en pauserna (Fuente: wikipedia.org).
* El guapurú o jaboticaba, es un árbol nativo de Bolivia, Brasil y Paraguay que pertenece a la familia de las Mirtáceas al igual que el guayabo, guabirá, el arrayán y el saguinto. Su nombre científico es (Myrciaria cauliflora). Recibe los nombres de Taanumox en chiquitano, Yvapurũ en avañe y Ibapumi en pauserna (Fuente: wikipedia.org).
** Lenguaje usado en el Secreto del Pergamino, con 7 cofres, en uno de ellos está la primera pluma del primer pájaro del mundo.
4 comentarios:
Estimado Gustavo,
Es una gran satisfacción compartir intereses comunes relacionados al tema más importante del planeta tierra: la conservación de la biodiversidad, que debe ser reconocido como el más urgente.
Lo felicito por el blog logrado con tanto profesionalismo y seguiré el avance de los nuevos artículos con mucho interés.
Le agradezco de todo corazón por incluir a Benjamín en su blog y espero poder tener la oportunidad de seguir apareciendo en artículos futuros.
Saludos cordiales,
Sarita Mansilla
Creo que no has publicado ninguna entrada sobre el "Sexto Continente" de plastico en el Pacifico, es alucinantemente demencial, te dejo un enlace para que lo sigas.
http://www.soitu.es/soitu/2008/02/07/medioambiente/1202385061_221955.html
Esos libros de Benjamín me los imagino sorprendentes y muy educativos, por el tema que tratan, lástima que acá no los conozcamos. Un abrazo,
Amparo
Se ve que es un libro interesante, y creo que la enseñanza es muy buena no sólo porque habla de el paisaje de la Chiquitanía sino porque nos deja un buen ejemplo de como deberiamos ver la naturaleza.
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