jueves, 8 de abril de 2010

La falta de mesura y la crisis ambiental



La crisis ambiental por la que atravesamos, actualmente, será inequívocamente la causa de la presión que ejercimos atrevidamente sobre la naturaleza, esta que ha sido por siglos el laboratorio de muchas teorías políticas y económicas, y más aún en los últimos dos siglos, cuando se las aplicaron, prácticamente a escala global y paulatinamente.

Entre los siglos XVIII y XIX, por ejemplo, concebían al progreso bajo el concepto de dominio de la naturaleza, y que derivaron en expediciones con el fin de establecer riquezas naturales y posibilidades de expansión económica, como un corolario a la etapa colonialista y que derivó en la construcción de nuevas repúblicas, sobre todo en el sur del globo. Sin embargo, habrá quedado aquella mentalidad depredadora, que subsistió a pesar que decenios más adelante se intentó frenarla a través de teorías que hacen al denotado desarrollo sostenible.

En el siglo XX, asistimos a inusitados enfrentamientos bélicos, a una escala mundial, que posibilitaron, paradójicamente, mayores grados de impulso tecnológico cuya aceleración no cesó y más por el contrario es más persistente, generando, sin lugar a dudas, a cambios en las formas de vida, al grado de diferenciarnos radicalmente a las actuales generaciones de aquellas que en el pasado casi tuvieron una misma rutina entre abuelos, padres e hijos.

Entre los cambios más radicales se encuentra la curva de crecimiento demográfico, que nos muestra un mundo saturado y con mayores expectativas de vida, frente a miles de millones de seres humanos en pobreza y por debajo de ese umbral.

No obstante, pareciera que la mesura nunca fue parte de esas teorías y que jamás se la ha considerado en los parámetros de desarrollo. Lo que la naturaleza nos ha dejado entrever sin el menor menoscabo: todo tiene principio y fin, por lo tanto, cualquier recurso por más abundante que sea, no puede tratárselo por encima de esas sus capacidades, y esta es una de las razones por las que vemos que el planeta hoy colapsa.

Lamentablemente, en el caso de la naturaleza no se admite la fe de erratas, lo importante es, entretanto la inmediata búsqueda de acuerdos y voluntades políticas para que el callejón sin salida en el que pareciera que nos empujaron, tenga al menos un pequeña luz al final del camino.
Foto: Gustavo Cardoso Subieta / San Ignacio de Moxos / Departamento del Beni / marzo 2010

4 comentarios:

Anónimo dijo...

Este es un buen blog, por qué no le dan un premio?????

carlos63 dijo...

Lo mejor que le podria pasar a la Tierra es que nos pasara a nosotros lo que le paso a los dinosaurios,

Saludos.

Amit dijo...

Hi, your blog is really nice & wonderful, while reading it I truly like it.
mba

Alberto dijo...

Problema difícil de resolver. La curva de crecimiento demográfico actual nos llevará si no tomamos medidas drasticas al agotamiento de los recursos naturales del planeta.
La luz al final del camino existe pero ¿seremos capaces de seguirla a tiempo?
Salu2